Les invitamos a que nos acompañen a dar un paseo por el casco histórico de Tarifa para que se empapen con un poco de historia y tradición. Entenderemos mejor esta histórica ciudad paseando por su corazón: el casco histórico; y veremos como se mezcla la Tarifa de ayer con la de hoy en una curiosa armonía.
A simple vista nos sorprende lo bien conservado que está el recinto y su muralla, que data de la época medieval. El casco antiguo cuenta con casas señoriales y patios de vecinos, así como edificios públicos y religiosos. Su urbanismo es también medieval, con calles muy estrechas e irregulares, dando a veces la sensación de estar dentro de un laberinto. Nos sorprenderemos con las plazas llenas de vida que nos iremos encontrando. Aconsejamos curiosear dentro de los patios. A veces las fachadas de los edificios aparentemente sencillos pueden encerrar preciosos patios con muchas flores y plantas. Otro de los detalles curiosos que encontraremos al dar este paseo será el uso del azulejo en la señalización urbana. Se pueden ver en los elaborados carteles con los nombres de las calles, en los letreros de las tiendas, en la numeración de las casas, etc. Buscarlos se puede convertir en un divertido juego que pueden hacer mientras nos acompañan en este paseo.
Nuestro punto de salida está en la oficina de turismo situada en el paseo de la Alameda, el corazón social de Tarifa, con sus espléndidas palmeras, sus niños jugando al fútbol, las adolescentes apelotonadas en un banco comiendo pipas, los papás paseando los carritos... Torcemos a la izquierda y entramos en el caso antiguo atravesando la muralla por el arco del mercado. En seguida nos damos cuenta de la sensación de abrigo que nos dan las calles estrechas y los edificios altos. Aún en días de mucho sol o de mucho viento, dentro de la muralla se esta más protegido. Se aprecia también la sensación de protección del enemigo en épocas pasadas. A mano izquierda está el Mercado de Abastos, que funciona como tal desde 1928, aunque data de 1536 como convento. En él podemos encontrar fruta, verdura, carne y pescado de la zona. Nada de marcas multinacionales aquí dentro, solo genuinos productos naturales de producción artesanal y local.
Alcanzamos la Plaza San Martín por la calle San Julián donde hay agradables terrazas para comer y descansar. Seguimos por el callejón en el lado opuesto de la plaza y entramos en la plaza de San Hicio, dedicada al patrón de Tarifa, discípulo de Santigao Apostol que murió en persecución de Nerón. Esta plaza también es conocida como Plaza del Perulero, en recuerdo a D. Juan Fernandez de Riofrio que vino del Perú con grandes riquezas y vivió en una casa de esta plaza. Este señor de origen Portugués fue nombrado regidor de Tarifa y familiar del Santo Oficio de la Inquisición hacia 1625. El nombre de la siguiente calle por la que continua nuestro paseo, la Calle del Lorito, se debe a que El Perulero se trajo de las Américas aves exóticas que debieron tener una apego especial a esta calle. Llegamos hasta la calle San Francisco, una calle peatonal en la que podemos contemplar sus rejas tradicionales, además de un número de bares y establecimientos, ideales para la noche tarifeña.
A la izquierda nos encontramos con la Calzada, calle principal de Tarifa, también conocida como calle de Sancho IV. Hasta finales del siglo XIX esta calle era un río que, como en muchas otras ciudades antiguas, se tapó y alcantarilló para controlar enfermedades contagiosas. En el mes de enero de 1970 una fuerte lluvia provocó una riada grandísima que cubrió la calle con metro medio de agua en tan solo unos minutos y dejó sin casa a muchas familias. Al fondo de la calzada, también conocida como calle de Sancho IV El Bravo, nos encontramos con la Iglesia de San Mateo del siglo XVI. Al rededor de la iglesia tenemos edificios interesantes. Por la Calle del Coronel Moscardó veremos el Casino y más al fondo la antigua Cárcel Real, ahora convertida en sala de exposiciones. Continuando con nuestro paseo nos encontramos en la Plaza de la Fuente con la primera fuente de agua corriente instalada en Tarifa en el año 1831. A la izquierda calle arriba llegamos a la Plazuela del Viento con una maravillosa perspectiva del estrecho y Marruecos al fondo. Desde este punto Marruecos está a una distancia de unos 14 kilómetros, lo que convierte a Tarifa la ciudad europea más cercana al continente africano. Es uno de los paisajes más espectaculares del mundo y si las condiciones meteorológicas son favorables uno se puede pasar un buen rato contemplando el espectáculo sentado en uno de los bancos del mirador enclavado en lo alto de la muralla.
A nuestra derecha nos encontramos con la Plaza de Santa María donde hay varios edificios importantes como el ayuntamiento, la biblioteca y el museo entre otros. En el centro de la plaza hay una curiosa fuente afectuosamente conocida como la fuente de las ranitas. Bajando por la escalera al otro lado de la plaza está la Calle Almedina donde veremos una de las puertas a la antigua medina (ciudad) árabe de Tarifa. Al fondo de esta calle escalonada entramos de nuevo en la Calle Guzmán el Bueno, torcemos a la izquierda y nos encontramos al fondo con el Castillo de Guzmán El Bueno, datado del año 960. Siempre fue un castillo defensivo, de ahí su aspecto sobrio pero aconsejamos la visita para una mejor comprensión de lo que debió suponer para aquellos bravos luchadores vivir y defender Tarifa.
Continuamos por la Calle de la Santísima Trinidad, justo enfrente de la puerta del castillo. Es una calle larga y estrecha donde se ubica la iglesia de San Francisco de estilo Barroco y Neoclásico. Al fondo de esta calle nos encontramos con el mercado donde termina nuestro paseo. Esperamos que hayan disfrutado.
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